domingo, 2 de febrero de 2014

Juegos infantiles casi desaparecidos

En la época de los setenta la calle era el lugar de encuentro donde transcurrían los mejores momentos para jugar. Sin consolas ni Internet los juegos tradicionales de aquel entonces transcurrían siempre fuera de casa. Aunque había juegos de mesa, la imaginación y los pocos recursos con los que generalmente se contaba, eran de lo más peculiares. Según la historia, en España, muchos de ellos se conocieron gracias al camino de Santiago. Los peregrinos dieron a conocer juegos franceses, italianos y centro-europeos. De orígenes lejanos y transmitidos de generación en generación muchos de ellos hoy en día se han  ido olvidando.
Aquí algunos de los que jugábamos en los 70.

¿Os acordáis de alguno?

Balón prisionero o Vivos y muertos
Se hacían dos rectángulos grandes uno para cada equipo y se dividía por la mitad. Cada equipo se coloca en su campo. El juego consistía en eliminar un equipo a otro, lanzando una pelota contra un jugador del equipo contrario, sin pisar las líneas, tratando de darle. Los jugadores se movían sin parar para no ser tocados con el balón. Si te arreaban  pasabas al final del campo contrario y quedará detrás de la línea del mismo. Cuando volvías a coger la pelota después de “muerto” seguías lanzando al equipo contrario. Si tocabas a un contrario, volvías a tu campo con tu equipo. Era muy divertido porque te tenías que mover mucho para no ser tocado por el balón por los dos frentes que se hacían.



Escarramate, rayuela, pata coja…
Aunque había de varias clases la base era siempre la misma. Se dibujaba en el suelo con tiza una serie de casillas con números del 1 al 10. Se lanzaba una piedra dentro de la casilla uno sin que se saliera de ella. Saltabas a la casilla número dos a la pata coja y desde esa casilla hasta la última. Hacías un parón con los dos pies y volvías a la inversa. En la casilla número 2 se recogía piedra de la casilla 1 y se saltaba al principio. Luego lanzabas la piedra a las casillas siguientes y se seguías haciendo lo mismo hasta completar todas las casillas. El que completara primero y sin fallar las diez rondas ganaba el juego.


Tabas
Este juego tiene sus orígenes de la antigua Grecia. Eran los huesos que se encontraban en los corderos, con cuatro caras diferentes que se usaban a  modo de dados. Se podían decorar.


Canicas
El juego consistía en hacer un agujero en la tierra, lanzabas la canica al aire con tu contrincante, ponías una mano abierta en el lugar donde estaba la canica y delante la otra para lanzar la bola. Con el disparo tenías que tocar la bola de tu adversario, le llamábamos "Chiva", si acertabas el siguiente choque era "Pie" en el espacio que había entre las dos canicas, tenías que introducir tu pie, así que la destreza era lo mas justo posible. Seguido era el "Tute" y por último la canica tenias que meterla en "Gua" que era el agujero en la tierra. Si perdías tenías que sacar todas tus canicas para que el vencedor escogiera la que le gustara. Si llegaba ese momento... cómo dolía perder una de ellas! Este juego era de mis favoritos, todavía conservo alguna de mis canicas o "pitos".


Peonza o trompa
Consistía en lanzar al suelo la peonza, enrollada en una cuerda, haciéndola rodar sobre sí misma sobre la punta metálica del extremo. Con destreza se podía llegar a poner en  la palma de la mano o lanzar la sobre otro lugar. Este juego es de los pocos que he ido viendo jugar en los niños de ahora.


Comba o cuerda
 El único material que se necesitaba era una cuerda gruesa y mucho aguante para saltar. Sólo o en grupo. La cuerda giraba sobre tu cabeza y por debajo de tus pies. Saltabas todo el rato que podías sin que se enrollara a ti. En grupo, dos personas tenían que dar a la comba agarrándola por los dos extremos, y el resto eran los que saltan. El que fallaba pasaba a dar con la cuerda para que los demás saltasen. Se podía dar muy deprisa y había canciones para amenizar el juego. También lo he visto en las niñas de ahora.


La gallinita ciega
Se jugaba en un terreno liso y sin obstáculos para evitar caídas. A uno se le vendaba los ojos con un pañuelo, se le decía “el que se la queda”. El resto de jugadores se colocan alrededor del que se la quedaba, formando un corro. Al que "se la quedaba" se le vendaban los ojos y después los jugadores le preguntan: "Gallinita ciega, ¿qué se te ha perdido?" a lo que "el que se la queda" respondía: "Una aguja y un dedal". Entonces el resto de jugadores le respondía: "da tres vuelticas y los encontrarás". El que hacía de gallinita ciega daba tres vueltas sobre él mismo mientras el resto de jugadores cantaban: "Una, dos y tres". Después la gallinita ciega avanza con los brazos extendidos intentando tocar a alguno de los otros jugadores, y cuando lo hacía, debía adivinar quién era tocándole el pelo, la cabeza, la cara y las manos. Si acertabas, se cambiaban los puestos y si no, el resto de jugadores le gritan que había fallado, siguiendo el juego hasta que acertara.



Los cromos
En casa jugábamos en hacer un montoncito con ellos. Con la mano hueca les dabas un golpe, y los que caían hacia arriba eran los que te tocaban. Cuando nadie te veía intentabas chuparte la mano, así al darle el golpe se quedaban pegados y se volvían más! Que bonitos eran!



El pañuelo
Se hacían dos grupos y en cada grupo tenía que ponerse un número cada jugador. Los equipos no sabían los números del equipo contrario. Se hacían dos rayas alejadas y cada equipo se ponía detrás de su raya.   Un niño se ponía en el medio con un pañuelo en la mano y  decía un número. Los niños que tenían ese número salían corriendo a por el pañuelo.  El que cogía el pañuelo tenía que ir corriendo a su parte del campo corriendo para que el contrincante no le pillara. Si lo conseguía ganaba un punto. Si eras el que corría detrás y pillabas al que corría con el pañuelo, el punto era para tu equipo.



Escondite
El juego era muy sencillo. Consistía en esconderse todos excepto uno que intenta encontrarlos. Si no te veía el que la paraba te acercabas a la base y decías “por mí y todos mis compañeros” De día era muy divertido pero si jugabas por la noche daba un poco de miedo!


Escondite Inglés
“Uno, dos y tres carabí, carabá me vuelvo a mirar” gritaba un niño mirando hacia una pared mientras un grupo de niños intentaban llegar hasta el en el momento que no les miraba. Si el que la paraba al volverse veía alguno moverse lo mandaba detrás. El que llegaba primero tocaba al que la paraba y tenía que volver corriendo al punto de salida. Si le tocaba el que la llevaba perdía y se tenía que poner a cantar “uno, dos y tres…” mirando hacia una pared, mientras que los demás intentaban llegar a esta, sin que les vieran moverse. Ganaba el primero que tocara la pared donde se situaba contando el que se la paraba.


La goma
El juego necesitaba de una goma elástica unida por los extremos. Dos niños la sujetaban con las piernas abiertas. Al que le tocaba empezaba a saltar dentro y fuera de la goma, pisándola, enredándola en sus piernas… al ritmo de distintas canciones. Si se le enroscaba o no pisaba bien se hacía “mala” entonces el niño o niña se tenía que poner a sujetar la goma. El juego tenía sus niveles de dificultad porque empezabas saltando a la altura de los tobillos y subía a la rodilla, culete, cadera…. Todo ello se podía hacer en varios juegos. En este juego siempre pensé que se necesitaba unas "buenas piernas"!



Las chapas
En Cortes cogías las chapas o “cosos” de las botellas que encontrabas. Un buen lugar era cerca de los bares, donde desechaban los botellines o los guardaban en sus cajas para reciclarlos. Escogías las marcas que te gustaban y con mas niños jugabas a ver quien aproximaba mas el coso a una pared. Había quien aplastaba y dejaba plano el coso, para que al lanzarlo se clavara en la pared. También se podía llenar de tierra, así con más peso no rebotaba tanto al chocar donde se lanzara. También se podía jugar con ellas  a “la carrera de chapas” o “El Futbol Chapas”


Al burro 
Un jugador apoyaba su espalda en una pared y el resto de sus compañeros se colocarán en fila y en posición de ‘burro’, formando una fila, agarrándose fuertemente las piernas y con la cabeza entre las piernas de quién tenía delante. Consistía en saltarles por turnos encima de ellos, como si montaras a caballo. Si aguantaban los que sostenía el peso ganaban. También con el mismo nombre había un juego que consistía en saltar por encima a un niño con la posición de "burro". Se hacían filas. Este juego era un poco “burro” o bruto, me imagino que de ahí su nombre! Pobres riñones!

 

La cuna
Con una cuerda atada en los extremos y cogida entre las manos, los dedos se  entrelazaban con ella. Formando figuras distintas. Si no se hacía modo correcto la cuerda se liará y era imposible seguir el juego. Las figuras tenían nombre, bigotes de gato, la cama, las tijeras, etc. La destrezas de algunas niñas era impresionante. Yo nunca conseguí pasar a la segunda figura!


Pies quietos
Los  jugadores se ponían juntos con el que se la quedaba. Este lanzaba la pelota al aire y decía: "Una, dos y tres. Pies quietos" Mientras hacía esto los demás corrían y se alejaban todo lo posible. Cuando se oía “pies quietos" ya no se podía correr más. El que la paraba desde el lugar donde había recogido la pelota daba tres saltos y se encaraba al que veía más cerca. Si le daba con la pelota se salvaba y pasaba al grupo de los que corrían.

 

El Florón
El florón está en mis manos, en mis manos está el florón. Salga la niña quien lo tendrá, Florín, florón, el florón. Recordáis esta canción? Creo que era un juego mas bien de chicas. Nos colocábamos en corro, la que le tocaba cogía una piedrecita y la escondía entre sus manos juntas y estiradas, a modo de rezar. Pasaba por el círculo de niñas que mantenían las manos igual y antes de terminar la canción tenía que dejar caer la piedrecita en una de ellas sin que nadie se diera cuenta. Cuando acababa la canción la última niña que había señalado o introducido las manos tenía que adivinar en que manos estaba la piedrecita.

 Recuerdas alguno de ellos?